El cantaor jerezano ofreció un concierto en el Caem de Salamanca en el que repasó tema a tema ‘El Oripando’, su disco más personal.

José Mercé, fue desgranando uno a uno los ocho temas de su último albúm. José Mercé se rodeó en el escenario de batería, bajo, guitarra eléctrica, piano y teclados, que junto a coristas versátiles, interpretaron el trabajo compuesto y producido por Antonio Orozco de principio a fin; y todo ello aderezado con proyecciones que ayudaron a que el espectador se sumergiese en esta historia cautivadora.

El dolor y el arte se dieron cita en ‘Jamás desaparece lo que nunca parte’, una bulería que tronó con la fuerza de una estampida. La pérdida de su hijo, tema que inspiró este tema, hizo que de su privilegiada voz brotase congoja. Tanta verdad, hace que la distancia entre el escenario y el patio de butacas se achique hasta quedar reducida a la nada.

En clave flamenca, obviamente, Mercé luce mucho. La verdad de su cante en el tramo más jondo justo después de terminar de presentar ‘El Oripandó’ emocionó al público del patio de butacas. El cantaor mostró todo el arsenal que le ha llevado a ser uno de los referentes del flamenco actual. Desde la malagueña de Enrique el Mellizo, su clásico cante por soleá, hasta llegar a el fandango de El Carbonerillo. No podían faltar  ‘Al alba’ o ‘Aire’, temas que desataron la pasión del público asistente.