La Plaza Mayor de Salamanca volvió a vibrar anoche con la música en directo gracias a Marta Santos, que ofreció un espectáculo lleno de energía, emoción y complicidad enmarcado dentro de las Ferias y Fiestas de la Virgen de la Vega. La artista sevillana, una de las grandes revelaciones del panorama nacional, logró reunir a miles de personas en el corazón de la ciudad, confirmando el magnetismo de su propuesta musical.

El recital arrancó con “Poquito a poquito”, seguido de “Tú me enamoraste” y “Me sabe a sal”, un inicio contundente que encendió al público desde los primeros compases. La primera gran ovación llegó con “Algo sencillito”, convertido ya en himno generacional y coreado de principio a fin por la abarrotada Plaza Mayor.

Marta Santos supo alternar con acierto las distintas facetas de su repertorio. Temas como “Envueltos en llamas”, “Contigo”, “Que se pare el tiempo” y “Quererme bien” aportaron un tono más íntimo y sentimental, mientras que piezas como “La Bachata” y “Sevilla” transformaron la plaza en una auténtica pista de baile.

La segunda parte del concierto incluyó canciones como “Las cosas pequeñitas”, “El camino” y “Te veo”, que demostraron la madurez artística de la cantante, antes de dar paso a otro de los momentos más celebrados de la noche: “La vida entera”, recibida con entusiasmo por los asistentes.

En la recta final, Marta desplegó toda su fuerza con “Por ti”, “Corazón de melón” y una nueva interpretación de “Algo sencillito”, que volvió a levantar a la Plaza Mayor en una comunión perfecta entre artista y público. El broche lo puso “Bien bonito”, dejando un ambiente de fiesta y satisfacción generalizada.

Como extras, Marta tenía preparados temas como “Mis amigos”, “El viaje” y “Caminé”, con los que redondeó un repertorio amplio y equilibrado.

Con esta actuación, Marta Santos no solo reafirmó su condición de fenómeno emergente, sino que demostró que tiene el carisma y la solidez necesarios para consolidarse como una de las voces más destacadas del panorama musical español. La Plaza Mayor de Salamanca fue testigo de ello en una noche en la que música, emoción y celebración caminaron de la mano.