FOTOGRAFIAS : NELIA VIDAL VIDAL
El Movistar Arena volvió a llenarse anoche para recibir a Manuel Carrasco en la segunda de sus citas madrileñas dentro del Tour Salvaje. Si en la primera velada ya desbordó energía y emoción, en esta segunda jornada el artista onubense reafirmó su conexión con el público, ofreciendo un espectáculo de más de dos horas que combinó potencia escénica y momentos de intimidad.
El recital arrancó con El grito del niño y Pueblo Salvaje, marcando el tono vibrante de un concierto en el que convivieron las canciones de su último trabajo, Pueblo Salvaje II, con grandes éxitos de su carrera. Temas como Mi Madrid, Corazón y flecha o Salitre alternaron con himnos ya imprescindibles como Que nadie y No dejes de soñar, coreados por los miles de personas que abarrotaban el recinto.
La puesta en escena, con un despliegue visual de luces, pantallas y efectos, volvió a acompañar la fuerza interpretativa de Carrasco, que no dudó en interactuar con los asistentes y agradecer el apoyo constante de Madrid a lo largo de su trayectoria.
El final, con Tengo el poder, puso el broche a una noche de euforia colectiva en la que Manuel Carrasco confirmó que su directo sigue siendo uno de los más potentes del panorama nacional. Dos noches consecutivas en la capital que quedarán grabadas en la memoria de sus seguidores como una experiencia salvaje y emotiva.
FOTOGRAFIAS: Nelia Vidal Vidal