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Joan Manuel Serrat se despidió de los escenarios en Valladolid con un concierto emotivo en el que viajó por los grandes éxitos de su carrera como “Algo personal” , “Señora”, “Temps era temps”, “El carrusel del Furo” o “Romance de Curro El Palmo”, “Un sueño en la piel”.
El Polideportivo Pisuerga de Valladolid se vistió de gala, con un sold out, porque, ¿Cómo perderse el adiós a los escenarios de un grande?
Una pasión que solo puede desatar quien lleva más de 57 años en el mundo de la música y ha puesto melodía y letra a los sentimientos de toda una generación. Se esperaba que fuese un concierto emotivo y vaya si lo fue. “Dale que dale”, tema que eligió para abrir el espectáculo.
Serrat pisó las tablas con la seguridad del que sabe que no necesita artificios para atraer la atención del público, público que permaneció en silencio hasta que empezaron a sonar los acordes de “Lucía”.
El catalán también recordó a Miguel Hernández con sus “Nanas de la cebolla, siguiéndole “Para la Libertad” y a partir de ese momento el público en pie ya no dejó de cantar cada una de sus canciones.
El trovador de Poble Sec emocionó a todos los presentes con “Es caprichoso el azar”, y retomó sus canciones más emotivas como “Cançó de bressol” o “No hago otra cosa que pensar en ti”.
Serrat se lució como solo sabe hacerlo un veterano. Salió de los escenarios por la puerta grande, con un público completamente entregado cantando “Golpe a golpe y verso a verso”,” Hoy puede ser un gran día”, “Mediterráneo” y “Algo personal”, y para terminar el concierto “Fiesta”, fue el que puso el definitivo punto final después de dos horas y cuarto ininterrumpidas tocándonos el corazón.