Fotografias: Demetrio Crego Trejo
El sol de Badajoz fue cayendo en una noche veraniega en la que su Alcazaba brillo gracias a la voz de Niña Pastori. Tal y como nos tiene acostumbrados, la de San Fernando no defraudó y más con un concierto en el que pone encima del escenario los grandes éxitos de su carrera.
La pasión, la melancolía y el desgarro de María Rosa García, a la que todos conocemos muchísimo mejor por el nombre con el que derrama su arte por los escenarios que pisa: Niña Pastori. La gaditana se presentó en un recinto que había colgado el ‘sold out’ minutos antes de comenzar el concierto. 2.700 personas era el máximo aforado para ese dia, teniendo en cuenta que el concierto era sentado.
“Cantar bien por alegrías es mú difícil. Y transmitir por alegrías es más difícil todavía”, advertían desde la pantalla que presidía el escenario Rancapino y Juan Villar antes de comenzar el concierto, y Pastori, una vez más, demostró ser una alquimista del flamenco. Comenzando con sus raíces: ‘Somos marineros’ con la que hizo su entrada triunfal, recibida por una gran ovación de su público que la aclamaba con alegría.Continuando su espectáculo con canciones suyas propias y otras de otros artistas de flamenco muy conocidas por todos