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Empezó el concierto, proponiendo el artista vivirlo de pie,desde sus sitios, y ahi ya se ganó al público, que no dejo de cantar y bailar cada uno de sus temas. Recuerdos para las salas de la ciudad Potemkim y Music Factory, donde habia actuado antes. Marcaron la pauta del concierto los temas del ultimo disco, ‘Tropical Jesus’, que Sadness lanzó el pasado junio, dominados por una rítmica afrocaribeña.
‘Me desamaste’, ‘Todo estaba bien’ o ‘Isla Morenita’, “Cae la noche y sigues en bikini / mirando cómo bajan las estrellas”, cantó el poeta en ‘Chocolate y nata’. Imágenes en la pantalla de playas de catálogo turístico al son mágico de un Sadness de voz desvalida y ukelele, y estrofas que no dejaba de cantar el publico como “Eres mi fruta favorita / Te rompes en mi boca, me llenas de pepitas”; “no he visto en el espacio algo que me guste tanto como tú”.
Como anecdota, la irrupcion en el escenario de una niña, entre cancion y cancion, para que le firmase un disco.
El ‘buenrollismo’ de Carlos Sadness resulta oportuno ahora que los ánimos están tan reprimidos, y este sábado hemos visto una vez mas cómo la música hace bálsamo.