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El flamenco fusión de Maka hizo un alto en el camino en Badajoz y
entre chillidos, vítores y palmas La Alcazaba disfrutó del estilo
aflamencado, con base de trap y en ocasiones tintes latinos que ofreció
el artista. Un recinto repleto de almas llenas de ritmo que acompañaron
al granadino en su parada en Alcazaba Festival con ‘Gloria bendita’, la
canción con la que empezó el concierto y que le da nombre a la gira.
Justo cuando se abrieron las puertas de Alcazaba Festival, se colgó el
cartel de entradas agotadas. El público, en esta ocasión algo más joven
que en el resto de espectáculos de esta edición, hicieron cola desde
primera hora del día para ver a su cantante favorito. Ni el calor, ni las
largas colas que en ocasiones llegaban hasta la Ronda de
Circunvalación, pudieron con las ganas de vivir plenamente este show
que Maka tenía preparado para ellos: “Sus canciones y sus letras”, “Nos
sentimos identificados con lo que canta” son algunas de las
declaraciones que sus fans relataban momentos antes de que sonasen
los primeros acordes y un: “Pa mi gente, pa mi Badajoz” por parte del
protagonista de la noche.
Con su tradicional gorra, en esta ocasión en negra al igual que la
camiseta que lucía acompañada de unos vaqueros a media pierna,
desplegó su particular flamenco urbano en el escenario, apoyado en
una banda compuesta por seis músicos y las voces de los seguidores
allí presentes, que corearon todos y cada uno de los temas que
interpretó el artista como ‘El motivo’ o ‘Devuélveme mi vida’.

Las pancartas y carteles estaban desplegados por todo el recinto,
mensajes para el artista como “ Quiero un abrazo” o “Súbeme contigo”,
que finalmente consiguieron captar la atención del cantante y subieron
al escenario a cumplir su deseo.
Tres pantallas de gran tamaño destacaban en el escenario que también
estaba ambientado en ocasiones por humo y efectos de fuego frio. La
voz del artista, mezclada con la base electrónica hizo que Badajoz
vibrara en este viernes y disfrutase de una noche muy agradable con un
ambiente espectacular. Vamos, ¡Gloria bendita!.

FOTOGRAFIAS: Demetrio Crego Trejo