El show comenzó con exquisita puntualidad. Nueve músicos ofrecieron una introducción musical y, a su término, apareció Malú en el centro de un círculo de luces rojas que había en el fondo del escenario. Comienza siguiendo el orden de estos veinticinco años, y suena el primer tema, “Aprendiz”. Siguió con otras canciones de sus primeros discos, como “Como una flor” o “Sin ti todo anda mal”. El público las conoce todas, y con “Toda”, el público ya no pudo mantenerse sentado, para cantar el estribillo junto a Malú.

Aunque esta gira se está desarrollando por recintos de menor aforo, no han escatimado en la producción. La escenografía muy cuidada, con bonitos juegos de luces que iban iluminando a la artista, a sus músicos y al público, especialmente en los momentos en los que este más intervenía. Destacó en todo momento la banda. En “Enamorada”, viraron hacia el jazz latino (con brillante ejecución de metales y percusiones); en “Por una vez”, arroparon con elegancia a Malú, que la interpretó sentada; y rugieron  en temas como “Si estoy loca” o “Te conozco desde siempre”.

“Ahora tú”, «Blanco y negro» “Vuelvo a verte”, y en un set aparte, “Oye”, “Todos los secretos” o “Deshazte de mí”, y el público ya desatado se volvió loco con el in crescendo con el que encararon la recta final “Deshielo”,” Invisible”, “Contradicción”

Quedaban los bises: los abrieron con “Ausente”, y los culminaron con un medley en el que reunieron sus estribillos más célebres, una especie de resumen de lo que se había escuchado en los ciento veinte minutos anteriores, aunque a la inversa empezando con “Contradicción” e “Invisible” y terminando con lo más antiguo, “Aprendiz” y “Como una flor”, y aprovechando para incluir alguna que había quedado fuera del repertorio, como la muy coreada “Devuélveme la vida”. La larga ovación con la que el público despidió a los músicos puede ser un buen resumen de lo allí acontecido.

La conexión entre Malú y su audiencia fue palpable, creando un ambiente de complicidad y emoción que perdurará en la memoria de todos los presentes. Cada acorde y cada letra resonaron en el corazón de los asistentes, haciendo de esta noche un evento inolvidable. La energía y el carisma de Malú, junto con la maestría de su banda, transformaron el escenario en un verdadero festín musical que celebró su trayectoria y el amor por la música.